miércoles, 30 de octubre de 2013

29/10

A veces vivo de mis sueños,
y sueño libertad, mentes, gemidos,
se me olvidan las alas en casa
porque es sencillo volar dormido.

Se me olvida respirar, 
se me olvida decidir.
Se me olvida que la vida
se puede olvidar de mí.

Así que para despertarme
cierro los ojos y abro el corazón
me hago una capa de viento
y en cada beso guardo una flor.

Pero que nadie me quite
los pájaros de la cabeza,
porque ellos son mis sueños

y por ellos, mi fiereza.

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