Cada uno de sus brotes
todos sus tallos nuevos
sus semillas fecundas,
las caricias del mundo
que recorren sus caderas
en cada amanecer,
las lágrimas fértiles
que caen alegres
en el valle de sus senos;
todo,
me recuerda:
"Sueña, más lejos
de lo que te alcance la vista,
respira, en cada esquina
guardo una flor para ti;
vuela, en el cielo
no hay muros ni fronteras;
deja que tus sonrisas
muevan girasoles
que la vida se desborde
de tus raíces y tus ramas;
no le pongas cadenas
a tu alma,
yo aún creo en la humanidad."
Gracias Primavera, por regresar
cada marzo
fiel a mis súplicas.